953 375 111 / 953 375 113 info@buenosairesresidencia.com
El concepto motivación, hace referencia al motor que mueve a una persona y la lleva a comportarse de una manera u otra. Es el empuje hacia una meta, el porqué de un comportamiento determinado, el para qué de cierta actitud y el mantenimiento de una conducta dirigida a la consecución de un fin. La motivación tiene que ver con las necesidades, los deseos y los objetivos de una persona; y así actúa, fomentando, desarrollando y activando determinadas conductas y no otras.

 

Si nos preguntamos por qué una persona elige realizar una acción concreta u otra distinta, nos plantearemos la cuestión de la dirección de esta determinada elección. Cuando observamos cómo determinadas conductas se mantienen y se intensifican a lo largo del tiempo, a veces incluso en contra de ciertos obstáculos, podemos entender otro aspecto de la motivación. Analizando el proceso de motivación encontramos que existe una dirección concreta; se persiste en una acción específica para obtener una satisfacción personal. La motivación dirige y orienta la conducta hacia un objetivo. Su carácter es selectivo y lleva a la persona a desencadenar una conducta determinada.

 

Las diferencias individuales, los indicadores psicológicos, el estado físico de una persona, las condiciones ambientales, los aspectos sociales, etc., inciden sobre la motivación. Variables como la edad, el sexo, el nivel socioeconómico y cultural, la situación laboral y el nivel educativo, entre otras, influyen en la percepción de las necesidades individuales, así como en las actitudes y comportamientos dirigidos a la consecución de objetivos.

 

De esta forma, por ejemplo, podría darse una circunstancia en la que las llamadas de atención de un usuario fueran peticiones incansables de una respuesta afectiva por nuestra parte. No podemos obviar que la mayoría de los seres humanos compartimos motivaciones fundamentales como el deseo de sentirnos seguros, el impulso de buscar nuevas sensaciones, el conseguir nuevas relaciones o experiencias, sentir el reconocimiento social, y saber que somos estimados o queridos por alguien. En definitiva, necesitamos percibir que los demás nos aceptan tal cual somos, por lo que la atención a las motivaciones afectivas y sociales es tan necesaria como los cuidados físicos que la persona en situación de dependencia necesita.

 

La motivación vendrá siempre determinada por las necesidades que presente el individuo y las actuaciones que está dispuesto a llevar a cabo para lograr su satisfacción. De esta forma, cuanto más imperiosa sea la necesidad, mayor será el empeño que el individuo pondrá en satisfacerla. Así, necesidades como respirar, alimentarse o dormir, provocarán en el individuo una mayor urgencia en su satisfacción que otras como la de la autorrealización o la estética.

 

La ordenación de las necesidades fue establecida por Maslow en el siglo XX y se ilustran en la llamada Pirámide de Maslow, donde las ordena según su jerarquía de abajo a arriba, estando en la base de ésta las que mayor prioridad tienen para el ser humano.

Déjanos tú comentario. ¡Gracias!.

 

Autor: JUAN MAGAR

Apoyo Psicosocial, Atención Relacional y Comunicativa